Que se me pudra en la boca
el pan que coma
aunque lo haya ganado
con el sudor de mi frente;
que se me enturbie en los labios
el agua que yo beba
aunque lo haya ganado con justicia;
que se nos sequen las frondas
cuyas sombras nos alivian
aunque el ardor del estío
nos abrase nuestras pieles delicadas.
Que mi paz satisfecha
se convierta en batalla.
Que desnudo me encuentre ante el mundo
sin mis vestidos tres veces justos.
Que se me clave la voz en la garganta
si no es para denunciar la injusticia,
para dar voz a aquellos que un día
sintieron la suya acallada,
mercancía sus cuerpos,
moneda su trabajo.
Y cuando nadie olvide esas voces,
cuando nadie haga volar las libélulas
que pueblan los poemas embusteros
que ganan los premios amañados;
cuando alguien defienda a los pobres
y clame con ellos en todas plazas;
cuando vea que en la noche del mundo
ni un sólo mendigo tirita de frío,
ya la rosa volverá a ser bella,
dormirá sereno el trigo sobre el surco
y mi corazón esbozará una sonrisa
y recorrerá , codo con codo, de nuevo,
las anchas avenidas que otros poetas abrieron
en la noche cerrada de la miseria.
Este es el poema que abre el libro de Luis Julio González Platón y que da voz a los miserables, a los pobres invisibles y mudos de la tierra: lo sagrado de la poesía se mezcla aquí con lo profano de un mundo deshumanizado que evidencia la tragedia que es vivir en los extremos, esos márgenes entre los que se desarrolla la vida y que no deberían ser sobrepasados más allá de especulaciones literarias, filosóficas o religiosas. Quizá por ello el autor escoge una estructura de oración, un tono bíblico que dota a sus poemas de un sentido trascendental.
Hace ya algún tiempo que el autor -uno de esos autores cercanos que merecen tanto la pena- me acercó un primer borrador de lo que luego sería este VOCES ACALLADAS. Ya imaginaba que sería un buen trabajo pues así me parecieron LA ESQUINA ROTA y ANTIFONARIO DE LA LIÉBANA. Y, efectivamente, el pasado día 22 de octubre hicimos una actividad en la librería a partir de este poemario, en la que las voces contemporáneas de algunos buenos amigos y la imagen proyectada de videos de denuncia social protagonizaron la tarde. Fue una forma de reconocer desde la librería la calidad de este poemario molesto, accesible e ineludible.
Luis Julio González Platón, 2015
Ediciones Tantín, 2016.
87 páginas. Pvp: 10 €.
También disponible en el aula de teatro La Guardería, de Esther Pérez Arribas y su compañía de teatro Pie Izquierdo.
C/ Sinagoga s/n. Valladolid.