Es que hace unas pocas semanas -qué me pasa con el tiempo- estuvo en la librería BAYCHIMO TEATRO con su titiritesco LA CENICIENTA. Se me ocurrió traer para la ocasión, entre otras, una versión del milenario relato recuperado en Europa por Giambattiste Basile (1634), Charles Perrault (1697), los hermanos Grimm (1812), o como en el caso que tratamos ahora Charles S. Evans (1919), entre otros. Dos valores añadidos a parte de la fantástica encuadernación de la editorial LIBROS DEL ZORRO ROJO (entelada y con estucheque también contiene a LA BELLA DURMIENTE en otro libro de iguales características): la interesantísima introducción que hace Antonio Rodríguez Almodóvar, a quien leí por primera vez en la maravillosa colección CUENTOS DE LA MEDIA LUNITA y la ilustraciones dieciochescas de Arthur Rackham (1867-1939): siluetas que como lector me transportan directamente a las tablas de un teatro. Traduce Elena del Amo.