por Miguel Ángel Pérez.
El lengauje de las ciudades. Un libro de Deyan Sudjic. Editorial Ariel.
Al parecer Le Corbusier dijo que la ciudad “es una máquina de habitar”. Un mecanismo, más o menos perfecto, en el que todos los elementos están ensamblados. Era una época de máxima mecanización, la posterior a la II GM.
Deyan Sudjic, director del Desing Museum de Londres, nos habla del “lenguaje” de las ciudades. Una serie de códigos expresivos que se usan de forma consciente y más o menos voluntaria para comunicarse. Pero, comunicar ¿Qué? ¿Qué nos cuentan las ciudades? ¿De qué nos hablan esos lenguajes?
Nos hablan de economía, de búsqueda de oportunidades, de búsqueda de afectos, de anonimato, de personas, del clima…de vida. Y fundamentalmente nos hablan de poder. Diseña las ciudades el poder: económico, religioso, político, patriarcal, popular…
En las ciudades encontramos refugio, la Humanidad habita fundamentalmente en ciudades, muchas de ellas megalópolis caóticas fruto del caos creado por un poder sin autoridad moral, depredador y autoritario. En otras ciudades el poder dicta administrativamente, racionalmente…pero en las ciudades también debe haber afectos.
Leí hace unos años el libro “La ciudad de los niños”…ellos como mejores diseñadores de ciudades que permitan el trabajo y el juego, el ocio. Así eran las ciudades de Europa, de Florencia a Londres durante siglos. Apareció el coche y las ciudades se diseñaron extensas, consumidoras de tiempo y recursos. Una ciudad al servicio de la economía, el trabajo…el tiempo de ocio devino tiempo de traslados…a la escuela, al trabajo, a la cita amorosa…
Y ahí seguimos, entre muchas aguas en función del grado de desarrollo democrático y económico de nuestras sociedades. En USA el poder sigue siendo el petro-dólar, lo mismo que en las ricas “monarquías bananeras” de oriente medio, en Asia el poder es de las satrapías religiosas o buro-comunistas y en Europa estamos despertando de la siesta producida por los efluvios gaseosos de los combustibles fósiles: petróleo.
Queremos ciudades que nos hablen de niños, de mayores, de jóvenes, de hierba, de edificios de dimensiones humanas, de cascos históricos, de artes, de cultura, de zonas diseñadas para habitar y realizar compras, no solo una de las dos funciones necesarias. Que nos hablen de historia, de futuro, de solidaridad, de belleza -sabiendo que el “feísmo” es también una forma de expresión- y también de trabajo y economía, por supuesto.
Con todos estos códigos hemos de hablar desde las ciudades, este es su lenguaje y es lo que nos propone su autor… entiendo que nos lleva a una ciudad “políglota” que habla en muchos idiomas.
Hace unos días le dije a mi “socia” Teresa Antoraz: gestión cultural = urbanismo. La encantó. Pues eso.
Maguil