Lo de Fernán Caballero es inocencia cruel. Así dice mi libreta del 20 de octubre. Estaba leyendo LA GAVIOTA, una novela costumbrista, que retrata muy bien la España de guerras carlistas hasta mediados del XIX. No es muy fina que digamos, me digo en esos apuntes, nada profunda, pero sí muy atractiva. No hay ironía en su intención y, sin embargo, no puedo dejar de leerlo así, es decir, como si consumara en sus expresiones inocentes un sofisticado aire crítico que no,miren, mejor no se empeñen: lo de Cecilia Böhl de Faber es puro retrato. Considerada la primera mujer que se dedica en nuestro país a la literatura de manera profesional está claro que sustentar a la familia necesita en aquellos momentos del relato de reportaje o documental además, evidentemente, de una firma masculina con la que ganarse la confianza de publicadores, lectores y pagadores en general.
Y esto viene a cuento de que estuve preparando unas lecturas para el día 5 de noviembre en el pequeño pueblo de Alcazarén, a 8 km de Olmedo: feria de Luis Candelas. Leímos a otras dos autoras: la muy carlista Emilia Pardo Bazán y Rosalía de Castro, la más humilde e interesante de las tres desde mi punto de vista. Y del de Esther Pérez Arribas, que llevó a cabo la introducción al recital que hicimos junto a nuestros amigos Adrián y Loreto. Entre los cuatro leímos además del tercer capítulo de LA GAVIOTA, el cuento EL INDULTO y algunos poemas en FOLLAS NOVAS.
A Rosalía la leímos en galego, claro que sí. La belleza de sus poemas está también en su sonoridad y recitar las campanas de su toque d’ alba fue mágico e incluso emocionante. Y en gallego pienso seguir leyendo a los autores galegos y en catalán a los catalanes o catalonios o como se diga.
De nuevo coincidimos con nuestro amigo Santiago, el archiperrero, que se marcó unas coplas de ciego y nos acompañó con su calor habitual. Como para rematar Luisa y Víctor nos llevaron a su casita de menaje y chimenea surgió entonces la idea de hacer un filandón, quizá porque el día anterior Esther y yo estuvimos en Tabanera de Cerrato, donde celebramos un peculiar magosto en el que se premió a cuatro octogenarias mujeres luchadoras por su memoria. De esto hablaré más adelante, y también del filandón que se empieza a concretar en Olmedo, en la casa del río de la asociación cultural LA CHICHARRA. Asaremos unas castañas, ¿no? Cuántas cosas.