Esta es una de esas reseñas que no son. Es el objetivo principal de este blog: no escribir reseñas. Por eso en mis entradas hay mucho copia y pega: me digo que bastante tengo con seleccionar los títulos que llegan cada semana a la librería, que bastante tengo con discrimar lo que merece la pena de la morralla. Pero desde que empecé a escribir en mi primer blog sobre libros, en 2008, siento la necesidad de opinar sobre aquello que leo. Lo hago también en esta ocasión y en la menor medida posible.
LLEGA LA NOCHE es una obra dramática que merece la pena. Se lee muy rápido porque es corta y porque es intensa, muy intensa. Estructura circular, no sé si decir de círculos concéntricos, la acción se despliega, se repliega y, en definitiva, se desarrolla hacia el precipicio de la oscuridad, denso, profundo y, sin embargo, mesurable: ahí está lo malo. Hay cosas que se preferiría no medir, no saber. La noche engulle a los cinco personajes de esta obra en la que no hay una cotidianeidad posible.
La oscuridad de la casa en la que ocurren los hechos la pretenden alumbrar los personajes de su familia con mentiras, con un malentendido fruto del dolor, de una cobardía que cualquiera puede entender. Pero nadie puede salvarse por eso. Las cosas no dejan de pasar porque no se cuenten y, es más, seamos rigurosos, las cosas no pueden quedar sin contarse: todo saldrá a a luz y puede que de la peor manera. Sí se salva el lector, sí el espectador que debería asistir intrigado (habrá una dirección, unas interpretaciones…) a un relato complejo a varias voces que a veces es diálogo y a veces no, que es presente y futuro y pasado, un relato cargado de miedos, poético, vertiginoso…
Miguel Ángel Ortiz lo introduce así: «Andamos haciendo círculos los unos tras los otros, en el tiempo de la tierra podrida por la lluvia y la casa derrumbada. Plantamos cipreses, uno por cada uno de nosotros. Es entonces, mientras se escribe, cuando nos llega la noche. Cuando nos llega como nos llegan el agua y la lluvia, o como nos llegan las luces deslumbrantes. Y con la lluvia que vuelve, con las ropas empapadas goteando cristales, olvidamos al padre o a la madre, olvidamos al hijo o al hermano, olvidamos al hombre y a la mujer, nos olvidamos de nosotros mismos, mientras se escribe, sin disculparnos por ello. Ahí están el veneno de la verdad y la lluvia que vuelve, la noche que llega, el envoltorio de la luz y el silencio. Ahí está, en el interior y en el exterior de la casa, las manos cruzadas sobre el abdomen, las semillas compradas, la tierra de nuevo en las uñas. Es ya, al fin, el momento de descolgar el telégfono o de abrir el sobre que alberga la carta.
Miguel Ángel Mañas sabe quién habita la casa. Sabe de las rosas y de los pensamientos del jardín. Sabe de la verdad del agua y de la verdad de la noche. Y del camino dibujado junto al río por las estrellas también sabe. Por eso respira hondo buscando la calma. Y cierra los ojos y escribe todos los días sobre nosotros. Todos los días. Para que la luz nos envuelva, a nosotros, mientras él escribe y nos escribe. Vigilad, pues, os digo, vuestras conductas.»
Me ha resultado inevitable imaginar la puesta en escena de esta dramaturgia que, necesariamente, hay que levantar a pulso. Y con ritmo, un ritmo que por momentos debería ser desenfrenado, muy exigente para los cinco intérpretes (cinco personajes) que son ellos y su propio coro… que deben componer una sucesión de imágenes que completen un cuadro que nadie querría mirar por no verse retratado… en fin… difícil describir esta historia de una huida imposible, que tiene mucho de juego fatídico en el que todo es lo que se intuye y nada lo que parece… un libro sobrecogedor… que animo a leer de un sólo sorbo, claro, y a seguir por las tablas si es que hay quien se atreve a montarlo.
Copio a Ediciones Irreverentes unas breves notas biográficas sobre nuestro autor, al que no conozco más allá del facebook pero al que espero encontrarme más pronto que tarde. Altarcito, precio y etcéteras más abajo.
Miguel Ángel Mañas. Zaragoza, 1969. Licenciado en Dirección de escena y dramaturgia por la Escuela Superior de rte Dramático de Castilla y León, y Máster en Artes Escénicas por la Universidad de Murcia. Actor y director, además de dramaturgo y guionista.
Ha publicado los textos LAMENTUM y LÁGRIMAS DE ARENA (Anagnórisis), LAS NOCHES DE LAS ALMAS ABIERTAS (Lastura), LAMENTUN y TEARS OF SANS (Anagnórisis), FLOCK (Draft inn), IN-VERSO (Pasiones imposibles), TU PALABRA HÁGASE EN MÍ (Lastura) y PARAÍSOS (El tamaño no importa IV, AAT).
Es autor del guión del largometraje EL SILENCIO, y de los cortometrajes EL HIJO DEL MAR, y EL NIÑO DE LAS MANOS ATADAS. El primero de ellos, nominado a mejor guión original en el Mumbai International Sort Film Festival.
Como docente ha impartido clases de dramaturgia en la Universidad Central de Quito (Ecuador) y en la Escuela de Teatro de Zaragoza.
Miguel Ángel Mañas, 2016. Ediciones invasoras, 2016.
44 páginas. Pvp 8 €.
También disponible en Aula de teatro La Guardería. C/ Sinagoga s/n. Valladolid.